Aunque para mi, el otoño no ha llegado. Sigo acalorada con la luz del verano en tu mirada que se reniega a marchar.
Ese calor de tu cuerpo y la brisa destallante que emanabas al estar.
Ya no tarda el otoño en llegar, y desprenderme de cada pulsación de mi cuerpo al recordar.
Ya no tarda el otoño en llegar, ni mi cuerpo te deja de extrañar.
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