sábado, 4 de septiembre de 2010

Yo seguiré...

Seguiré caminando sobre la vereda.
Con paso firme y apresurado.
Tú te encuentras lejos.
Allá en lo escabroso.
Caminas con miedo y con cautela.

Suelo desviarme y a veces tropezarme,
pero sigo en mi camino.
Tengo un largo viaje por recorrer.
Me cuido de no caer.

Al final del sendero, te veo a tí.
Tu travesía está por terminar.
¡No te vayas sin mi!
Aún no aprendo a mantenerme derecha si no te veo al final.
Aún no aprendo cómo dejar la huella que tu ya has sabido estampar.
¿Cómo voy a conocer el camino si mi guía ya no está?
¿A quién le gritare, tirada en el piso, para que me diga cómo me debo levantar?
No te escondas.
No te vayas.
No te vayas, abuelita preciosa, porque como a tí, a nadie más sé amar.