Dulces palabras, finos besos, suaves caricias...
Nunca fueron amor.
Nunca llegaron a serlo...
En realidad se llamaba pasión.
La pasión del enamoramiento.
El deseo de estar entre tus brazos crecía cada día.
Conocer el sabor de tus labios ocupaba mis pensamientos.
Imaginar el desliz de tus manos; mi fantasía.
...nunca fue como lo pensaba...
El calor de tu cuerpo me amparaba.
El sabor de tus besos me ablandaba.
El olor de tu piel, mi respiración entrecortaba.
Y las caricias que me dabas, taladraban desde lo profundo de mi mente, hasta el fondo de mi corazón.
...Absolutamente todo era mejor.
Al menos eso aparentaba...
Pues fue lo que quise creer.
Al menos todo se evaporó prontamente.
Duró sólo unos cuantos meses.
Al menos todo acabo.
Puesto que ahora ya conozco, quien en realidad eres.
